En un contexto de reactivación económica, la conciliación comercial se ha consolidado como la herramienta preferida por las pequeñas y medianas empresas (PYMES) para la recuperación de cuentas por cobrar. Durante el último trimestre del 2025, se ha registrado un incremento del 40% en el uso de centros de conciliación privados para resolver disputas derivadas de contratos de suministros y servicios no pagados. La principal ventaja señalada por los especialistas legales es la flexibilidad del proceso, que permite a las empresas negociar cronogramas de pago o daciones en pago que el sistema judicial tradicional rara vez facilita con rapidez. Al obtener un acta de conciliación con título ejecutivo, las empresas aseguran una garantía legal inmediata para ejecutar el acuerdo en caso de incumplimiento, protegiendo así su flujo de caja. Esta tendencia está obligando a los estudios de abogados a especializarse en técnicas de negociación estratégica, priorizando la solución armoniosa sobre el litigio confrontacional para mantener las relaciones comerciales activas.




